Buenas noches niños, ha iniciado esa época especial, Halloween, y aunque estoy parafraseando a mi querido Salem (de la serie Sabrina: La Bruja Adolescente), en octubre celebramos el Día de Brujas o Halloween (según sus gustos) donde, contrario a comentarios religiosos, es la época ideal para sacar un poco ese lado siniestro y divertirnos con eso que tanto nos da miedo, y los videojuegos no son la excepción.
El arte del miedo consiste en encontrar el equilibrio adecuado: llenar los juegos de elementos de terror, evitando tiempos tópicos, clichés y tonterías que convierten el juego en una burla, o que son tan terroríficos que alejan al jugador. “Cuanta más gente salte de sus asientos, más significa que hemos hecho un buen trabajo”, comentó una vez Kyle Rowley, director del juego Alan Wake 2. Y si somos honestos, hay juegos que no tienen nada que envidiarles a cintas como El Exorcista (que dicho sea de paso no he visto completa aún)
Y es que la respuesta emocional tan intensa en los jugadores, al jugar Outlast, Resident Evil o The Bunker, la empatía por el personaje o ubicarse en la situación del juego, hace que el gamer sienta con más intensidad lo que sucede. Pero no se puede obviar el gran trabajo de los desarrolladores, es evitar perder el miedo del jugador ante lo repetitivo y que éste caiga en un bucle sin fin.
La experiencia de los juegos de terror, como quizás Resident Evil (sus 3 primeras entregas pre- remake) así como Silent Hill, son, por mucho, las entregas que llevaron el terror gaming a una nueva etapa, como ese primer momento donde vimos al primer zombi en la mansión Spencer, el miedo que generaba Némesis en RE3 con su icónico: ¡STARS!, y no olvidemos la primera vez que conocimos a Piramide Head en Silent Hill, y es que por la participación del jugador, es que estos juegos llegan a ser adictivos y más fáciles de distribuir.
Y no se sientan mal si en algún momento tuvieron miedo por jugar un juego de miedo y dejarse apoderar por el terror, yo admito que podía jugar Resident Evil 3 en la mañana (7:00 am) y me moría de miedo al sentir a Némesis detrás de mí, tanto de mi personaje como literalmente, sentía que ese temido Tirant me destrozaría al voltearme, así como diferentes anécdotas siempre con juegos como Outlast, que no me dejo dormir tranquilamente una vez.
Y si hablamos de películas, como los 13 Fantasmas que me hicieron soñar estar en la cinta o El Exorcista una noche que no podía dormir, a las 3:00 am encender el televisor y lo primero a encontrar es esa famosa cinta (que “coincidencia” la hora y la cinta, lo sé).
Anyway, a pesar de que muchos juegos en su momento nos generan temor a la oscuridad, les recomiendo explorar esas entregas; al final, se reirán y disfrutarán de un buen susto.
¿Cuál es su videojuego y/o película que más miedo le has dado? Nos leemos en la próxima.