Hace casi tres años, en la víspera de mi cumpleaños, le dije a mi esposo que para celebrar hiciéramos algo diferente a lo habitual.
Así que comencé una búsqueda por internet de alguna ciudad cercana a Madrid; llegué a una pagina que hablaba de un pueblo medieval en plena sierra española llamado “Buitrago del Lozoya”, a unos 74 kilómetros de donde vivíamos. Al ver las fotos con su imponente castillo y la naturaleza que arropa la ciudad, ni corta ni perezosa decidí que teníamos que ir a conocerlo.
Antes de continuar debo decir que no soy nativa de Europa; nací en un país de Latinoamérica pero por circunstancias personales me mudé a España en el año 2011. Sin embargo, la primera vez que estuve en este continente fue en el 2008, mientras hacía un intercambio cultural en Londres.
Al llegar a Buitrago del Lozoya lo primero que nos llamó la atención es el cambio de clima con respecto a Madrid, ya que Buitrago al estar rodeado de montañas tiene un clima más fresco y, aunque nosotros la visitamos en pleno invierno, luego nos enteramos por los lugareños, que muchas personas vienen de otras ciudades escapando de las alturas temperaturas del verano.



Aunque Buitrago del Lozoya es una ciudad pequeña (alrededor de 1,900 habitantes) no por eso es un lugar al que le falten servicios o lugares donde comer delicioso; por poner un ejemplo, cuenta con unos 20 restaurantes, 4 supermercados, tiendas de alimentación y por supuesto centro de salud, colegios, etcétera.
Uno de los lugares imperdibles es su hermoso castillo, el cual tiene un estilo gótico mudéjar, que evoca el tiempo de la reconquista; en ese tiempo fueron adquiriendo notoriedad nuevas técnicas arquitectónicas que mezclaban la abundancia y opulencia del estilo islámico junto con el gótico ya establecido.
Tanto el castillo, como su muralla, fueron declarados monumento nacional en el año 1931. El castillo cuenta con siete torres y un patio de armas central; la influencia árabe es bastante evidente, sobre todo en los materiales de construcción: ladrillo, cal y piedra.
Otro lugar de interés es la Iglesia de Santa María del Castillo, la cual suele permanecer abierta pues es de acceso gratuito. Su historia se remonta a principios del siglo XIV, en su altar se conserva la artesanía mudéjar del siglo XV. Además, la iglesia tiene acceso a un mirador desde el cual se puede apreciar la ciudad desde las alturas.
Algo muy curioso es el nombre de una de las calles: “Belén viviente”; en España se le suele llamar Belén a los típicos nacimientos que se ponen en época de navidad, con figuras que representan al pesebre en honor al niño Jesús, José y María; pues bien, el nombre de esa calle viene precisamente porque cada Navidad en Buitrago de Lozoya se suele representar un Belén o nacimiento pero con personas (de ahí lo de viviente); es un espectáculo muy llamativo y en el cual se involucran de manera muy comprometida sus participantes.
Por supuesto, no podría dejar de hablar del río Lozoya, el cual rodea la ciudad y nos brinda unas vistas maravillosas; en el río es posible el alquiler de canoas para así poder apreciar la naturaleza en todo su esplendor.
Y ya para terminar, en pleno centro de la ciudad el Museo Picasso, el cual cuenta con una colección de obras que Picasso regaló a quien en vida fue su barbero y entrañable amigo, Eugenio Arias. En el museo se pueden apreciar piezas muy variadas desde fotografías, cerámica, dibujos, así como carteles de exposiciones y libros que Picasso dedicó a su amigo; unas 75 piezas en total, que van desde 1948 hasta 1972; el museo se inauguró el 5 de marzo de 1985 y desde entonces lo frecuentan algunos turistas.
En fin, una ciudad muy hermosa que vale la pena visitar y que no es tan conocida por los extranjeros; así que ya sabes, si visitas España y estás en Madrid, tal vez puedas darte una escapada y visitar esta joya escondida. /R5/