Media luna y Filadelfia

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En diciembre 2023 voy a cumplir 5 años de vivir en Estados Unidos. Todavía recuerdo las emociones de ese último día en mi país de origen; lloré en el aeropuerto, sentí que debaja la mitad de mi vida ahí.

Cuando tomas la decisión de emigrar, no caes en cuenta que además de la familia o los amigos, también dejas atrás los sitios, la comida y todo aquello que te hace parte de ese lugar. Cuando llegas al otro (país) el periodo de adaptación es bastante fuerte, y pasa muy lento; pero de apoco uno le va tomando el gusto a las cosas nuevas y a muchos nos gusta. 

Mientras tomaba mi desayuno de hoy, reflexionaba precisamente en estas cosas; y es por eso que me animé a escribir y compartir con ustedes por primera vez 5 cosas que, sin darme cuenta, he ido cambiando (o adoptando) de la nueva cultura donde vivo ahora. Ustedes pueden perfectamente agregar otras más al final de este artículo, en la casilla de comentarios. 

Y ahí les van:

  1. Llegar puntual a una cita. Y no es que en mi país era lo contrario, pero no se por qué allá las cosas uno las toma sin tanto estrés, mas relajadamente, no le importa llegar un minuto o 10 más tarde. Aquí en la tierra del Tío Sam las distancias no perdonan; si quieres llegar a tiempo a un lugar, debes salir con un buen márgen de anticipación, sino te haces una mala imagen y otro toma tu lugar así de fácil; gracias a Dios ahora existe el gps y puedes hacer un cálculo de cuánto vas a demorar en llegar a “x” lugar. ¿Imagínate los que llegaron antes de la era tecnológica a este país? Me pregunto cómo le harían para estar a tiempo en un lugar de trabajo, etc. 
  2. El acento ya no es el mismo. Aunque convivo con personas de mi cultura y todavía digo algunas palabras típicas de mi país de origen, lo cierto es que cuando envío notas de voz y me escucho (muy pocas veces lo hago) ya no sueno como antes. Muchos comparan mi acento como si fuera de Colombia, Venezuela o Ecuador. Otros simplemente me dicen: tienes un acento neutral. Y para mí todavía que me digan esto es un halago, porque conozco personas que apenas pasaron 12 meses y ya perdieron totalmente su acento de origen. 
  3. Una nueva estación favorita. Y no me refiero a la radio, sino a la primavera o al otoño, porque en Centroamérica solo disfrutamos el verano o el invierno, no hay más. Y aquí aprendes a amar el frío de fin de año (otros lo odian) e incluso a cambiar dentro de casa la decoración, de acuerdo a la temporada. Por ejemplo, mis vecinos americanos, hindúes o afrodescendientes, cuelgan en sus puertas durante todo el año diferentes coronas con temas alusivos a la primavera-verano, otoño e invierno. Las tiendas como Walmart te ofrecen toda clase de productos con los temas de temporada (primavera: easter/ verano: playa/otoño: pumpkins & halloween/invierno: navidad/ropa para el frío, calefacción, etc). 
  4. Te reinventas: cuando llegas, nadie te conoce y es real. Con suerte tienes algunos familiares que te echen la mano, pero eso no lo es todo; así que sí o sí tienes que cambiar de rumbo; incursionas en una nueva faceta de tu vida, aprendes otro oficio, otras destrezas y poco a poco descubres tu lado creativo o multiusos. Que no sólo eras bueno para aquello, sino para esto otro también. Fue mi caso y ahora también me dedico a las ventas, al telemarketing y más cuando estudié una carrera totalmente diferente. 
  5. Nuevos gustos exóticos. Y me refiero a la comida; hay estados de Estados Unidos donde literalmente todavía no se adquieren tan fácilmente ingredientes de nuestro país de origen. Así que toca adaptarse a la cultura local y aprender a comer como los “gringos”, me refiero al croissant, el tocino con huevo y hash browns (papa rayada frita) en el desayuno, almuerzo o cena; las “media luna” o los bagels con queso Philadelphia. Ahh y al huevo “en torta” ahora le llamamos “omelette”. 

¿Que si cambiamos? Claro que cambiamos. Es parte de emigrar y está bien, pero no olvidemos nunca de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. 

Ustedes, ¿qué tanto han cambiado, externa e internamente?

¡Ay nos vemos otro día!

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Ámbar es mi alter ego. Centroamericana en Estados Unidos.
Escribo sobre mis vivencias en este país y algunas otras cosas sobre los inmigrantes.

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