Crecí con el fútbol. Un padre aficionado y un hermano futbolista.
En casa era el pan de cada día…
Recuerdo los domingos de fútbol en familia, celebrábamos y sufríamos los partidos y lo emocionante que era ver las jugadas de los futbolistas estrellas de ese momento; y todo eso era genial y lo sigue siendo.
Sin embargo, no fue sino, hasta años más tarde que me di cuenta de que en televisión nunca habían partidos de fútbol femenino, o si transmitían algún resumen en los programas de deportes, la acción seguida era cambiar de canal. Efectivamente, el fútbol femenino era para entonces un “relleno” y no sonaban muchos nombres de futbolistas mujeres.
Por dicha, hoy el mundo vive otra época, y me emociona saber que el Mundial femenino de Fútbol 2023 ha comenzado y con ello uno de los mejores momentos para este deporte.
Además, que estamos hablando del último mundial de la aclamada Marta Vieira Da Silva, la imponente presencia de Megan Rapinoe, y no puede faltar la amada y actual ganadora del balón de oro, Alexia Putellas.
Hoy gozamos de tener estas referentes conocidas en todo el mundo y muchas otras que han labrado un camino positivo sin retorno; no obstante, llegar justo a este punto no ha sido fácil. Si vemos en retrospectiva, se han tenido que llevar muchas luchas para llegar a lo que está sucediendo hoy, y es hermoso ver cómo ha crecido este deporte desde la primera copa del mundo en femenino en 1991.
Las condiciones salariales y laborales del fútbol femenino han mejorado en algunos países y selecciones, sin embargo, sigue habiendo incluso condiciones precarias para algunas selecciones y una brecha importante respecto al fútbol masculino en todo el mundo.
Una de las precursoras de esta lucha ha sido Megan Rapinoe quien, junto a su equipo de Estados Unidos han llevado esta batalla legal, logrando en 2021 mejorar e igualar sus condiciones laborales, y sólo apenas en 2022 se logró mediante una demanda colectiva equiparar el salario respecto a sus compañeros de la selección masculina de Estados Unidos.
Lo cierto es que nada ha sido en vano, los logros sólo de las últimas décadas llevan consigo muchas oportunidades, para las niñas, para las mujeres, para el deporte, para el negocio del fútbol, para las marcas y por su puesto para las futuras generaciones.
Sólo en 2022 los patrocinios al deporte femenino aumentaron más de 146%
Según datos de Nielsen Sport. Y en 2023 la FIFA espera facturar más de 807 millones de dólares por el futbol femenino. Nada mal ¿no? Así que cuantas más empresas, gobiernos, personas, familias enteras decidamos apoyar de manera genuina a las mujeres en el deporte, más se darán cuenta de todo lo que aún faltar por hacer para lograr ese equilibrio e igualdad en el deporte.
Ahora celebro que tenemos referentes que han marcado un antes y un después. El deporte tiene el poder de cambiar al mundo, de mover los más profundos sentimientos, de inspirar, de contagiar, de motivar, de impulsar grandes cosas y por supuesto ¡que las mujeres también!
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