Hace 20 años, Julio Manuel Pereira Fernández se fue de Venezuela para estudiar Dirección de Cine en Madrid, España.
Como hijo de Inmigrantes gallegos que llegaron a Sudamérica en los años 50s, quiso reinventarse en la tierra de sus padres. Donde hoy no sólo expone su trabajo como artista del pincel sino también como actor, interpretando diversos papeles, entre ellos a Pedro Tascón en la serie española “Mía es la Venganza” que se transmite desde el 12 de junio (2023) por Telecinco.
Lo que muy pocos saben es que Julio desde los 16 años de edad era caricaturista e ilustrador para periódicos y revistas en su natal Caracas. “Incluso publiqué un libro con mis dibujos, pero no fue hasta el 2014 que empecé a experimentar con la pintura” dijo el también arquitecto, al Blog Ruta5.
A sus 53 años de edad, Julio Pereira pinta lo que le apetece en el momento. Se declara un autodidacta de la pintura y define su trabajo abstracto como una mezcla de arte figurativo caricaturesco, de geometría con garabatos, un experimento contínuo de propuestas diferentes que han estado expuestas al público en galerías de Venezuela, Miami y recientemente en España (Santiago de Compostela) en la Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Una exposición de arte titulada “INUSUAIS”, donde el venezolano comparte varias de sus obras más recientes junto a las de otros referentes artísticos en esa ciudad.
Ruta5 conversó con Julio Pereira y esto fue lo que nos platicó de su faceta artística:
R5: ¿Cómo y cuándo incursionas en el mundo de la pintura Julio?
JP: Mi hija estaba pequeña y quise motivarla para pintar, empezó como un juego donde jugábamos con formas y colores, hacíamos versiones de los grandes pintores, después les regalaba los cuadros a mis amigos. Empecé a publicarlos en las redes sociales y, para mi sorpresa, la gente me escribía para comprarlos. Un día me contactó una galería y así me embarqué en esta historia.
R5: ¿España ha influido mucho para que pintes cada vez más?
JP: No soy un pintor prolífico, pinto poco y sólo cuando “lo necesito”. Puedo pasar semanas sin tocar un pincel y, sin previo aviso, me invade la compulsión de encontrar un lienzo y ponerme frenéticamente a pintar.



R5: ¿Cómo calificas lo que pintas?
JP: No sé exactamente cómo calificarlo; algunos me han dicho que “pop art”, lo cierto es que experimento contínuamente con propuestas diferentes. Me gusta lo abstracto, por ejemplo, aunque lamentablemente no es lo que mejor se me da, quizá por eso busco otras cosas, si se me diera bien me quedaría ahí, y no estaría mezclando lo figurativo con lo caricaturesco, la geometría con los garabatos, en resumen: pinto lo que me apetece en el momento.
R5: ¿Dónde te gustaría seguir mostrando tu trabajo?
JP: Me gustaría mostrar mi arte donde la mayor cantidad de gente pueda verlo, no importa si es un museo o una panadería, mientras más personas puedan mirar lo que hago hay más posibilidad de que a alguna le guste, le mueva.
R5: ¿Admiras a algún artista en particular?
JP: Me gustan muchos artistas, pero los modernos y abstractos me inspiran. Miró, Gris, Le Corbusier, Picasso… aunque la tendencia ahora sea despreciarlos, yo puedo mirar sus obras durante mucho tiempo y me transportan a lugares mágicos. Ojalá las mías pudieran tener ese efecto también.
R5: Y de la escena actoral, ¿qué cosas contrastas con la pintura?
JP: Ser actor, pintor, dibujante, escritor, no son cosas que estén reñidas, más bien al contrario, se trata de una “sobredosis artística” que condiciona tu vida, tanto en lo bueno como en lo malo. Quizá uno necesite un poco más de contacto con el pragmatismo.
R5: Nos dijiste antes que emigraste para estudiar dirección de cine en España. ¿Sigues en tu rol de actor?
JP: Afortunadamente no he parado de trabajar como actor desde que salí de Venezuela, incluso estos años he vuelto en algunas ocasiones para hacer trabajos puntuales, sólo la pandemia me ha frenado. El más reciente en “Mía es la Venganza”, una serie española de Telecinco que se estrenó el 12 de junio (2023).
R5: ¿Es posible reinventarse y seguir adelante en otro país?
JP: Reinventarse en otro país es posible, aunque difícil en la mayoría de los casos. El caso de los venezolanos es muy particular porque no somos conscientes de que venimos de una realidad sui generis. Venezuela es un país muy distinto, lo que no significa que sea mejor o peor, pero nuestra perspectiva hace complicada la adaptación. El emigrante siempre tiene el corazón dividido y esa sensación de estar incompleto, lo sé muy bien porque mis padres también fueron emigrantes, así que en mí la inmigración es hereditaria.
R5: Y la pregunta del millón, ¿qué extrañas de Venezuela?
JP: De Venezuela extraño a los amigos. Venezuela es un país “amiguero”, uno hace todo con amigos y tiene amigos para todo, para que te acompañen a comer, al banco, a la montaña, a un velorio…La forma como se vive la amistad en Venezuela no la he visto en otro lado, y hasta resulta incomprensible para la gente de otros países. Yo extraño mucho a los míos y ellos a mí. /R5/.
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