Colombia tiene una larga historia de movimientos migratorios hacia el exterior; a finales de la década de los 80s y principios de los 90s, se dice que una gran parte de su población emigró a varios regiones de Europa, para establecerse y rehacer su vida.
Muchos huyeron de la confrontación entre la guerrilla y el estado, la violencia y otros hechos políticos y sociales que frenan la estabilidad emocional y económica de las personas. Bogotá es una de esas ciudades con más emigrantes, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE): un 18,27% del total de personas censadas residen en el extranjero (las cifras pueden variar cada mes/año).
Hace 23 años, Helga Flamtermesky Restrepo se fue precisamente de la capital colombiana “porque quería vivir en paz”. Después de casi un cuarto de siglo, pudo volver y disfrutar la navidad del 2022 con su familia y amigos en Colombia; un episodio de su vida que le permite reconectar con sus raíces y tener una mejor perspectiva de lo que sucede en su país hoy en día y cómo apoyar desde su nuevo hogar en Barcelona, a un número considerable de conciudadanas que viven entre Londres, Estocolmo, Bruselas, Oslo e incluso han sido retornadas al país que la vio nacer.
Antes de continuar, merece la pena mencionar que Helga estudió Historia en Colombia; es doctora en Psicología Social y desde el 2015 es la coordinadora de “Mujer Diáspora”, una iniciativa que nació para reconstruir la memoria de las mujeres colombianas que habían tenido que salir del país por la guerra; desde esta experiencia, esas memorias se han convertido en vivencias sanadoras para unas 300 personas.

Pero, ¿Cómo fue la vida de Helga antes de “Mujer Diáspora”? ¿Cómo impacta su trabajo actual? ¿Hacia dónde va su legado? Ella misma nos lo platica a continuación:
R5: Helga, ¿de qué fueron tus primeros trabajos en Europa y en qué te especializaste?
HFR: Mis primeros trabajos fueron dentro de la Universidad de Granada, llevando la campaña de Cultura de Paz; pero realicé diferentes actividades para sobrevivir, como vender mojitos y administrar un bar en las ferias de verano, hacer artesanías para Navidad. Al año y medio de llegar a España, tuve mi primer gran trabajo como Mediadora Intercultural en un Ayuntamiento de Barcelona.
R5: ¿Dónde vives actualmente y en qué otros países has transferido parte de tus conocimientos?
HFR: Vivo en Barcelona, pero he viajado mucho por razones de trabajo y de estudio. Viví en Estados Unidos dos años, mientras investigaba y trabajaba con víctimas de trata de personas. He vivido dos veces en Filipinas, pues mi esposo trabajaba en el proceso de paz filipino. También viví tres años en Londres, donde comencé a trabajar específicamente con las mujeres inmigrantes colombianas, interesadas en la construcción de paz.
R5: ¿Qué puesto tienes en “Mujer Diáspora” y cómo surge la iniciativa?
HFR: Soy fundadora de Mujer Diáspora dentro de Londres y en Barcelona. Actualmente hago parte de la coordinación en la organización de Barcelona. Mujer diáspora es el nombre al que llegamos después de realizar un proyecto muy grande que se llamaba la Comisión de Verdad, Memoria y Reconciliación de las mujeres colombianas en el exterior. Después de transitar todas esas categorías entendimos que somos diáspora por los compromisos que tenemos con nuestros países de origen y de destino. Concretamente, cuando Mujer Diáspora nace nuestro objetivo era reconstruir la memoria de las mujeres colombianas que habían tenido que salir del país por la guerra, y convertir esas memorias en experiencias sanadoras, donde se vivenciara la paz.

R5: ¿Cómo impacta a la Mujer este proyecto y en qué fase se encuentra actualmente?
También es importante contarles que hemos trabajado con la Comisión, por la Verdad y el Esclarecimiento de Colombia, que es un mecanismo que surgió en el proceso de paz entre el gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC. En esta Comisión de la verdad varias de nosotras tomamos testimonios a las víctimas y victimarios que se encontraban en Europa. No sólo tomamos testimonios, y escuchábamos, sino también ayudamos en procesos de duelo, de rituales sanadores para aquellas que siguen aún buscando a sus desaparecidos.
R5: ¿Qué otros servicios brindan desde este organismo?
HFR: Nos movemos entre la producción de conocimiento, el trabajo de incidencia política en pro de los derechos de las mujeres migrantes, hacemos acompañamiento, psicosocial a mujeres en proceso de migración, refugio o víctimas de trata de personas. La formación es una de nuestras principales actividades, porque creemos que es importante dar herramientas teóricas y prácticas para que las mujeres se sientan bien y legítimas al trabajar con población inmigrante o en la elaboración de políticas públicas que afecten a las mujeres migrantes. Por último, varias de nosotras somos feministas y tenemos el compromiso de convertir las experiencias de las mujeres en conocimiento. Porque lo que vivimos las mujeres migrantes no puede ser solo una anécdota, debe ser reconocido como parte de la historia local de la ciudad o del país donde vivimos.
R5: ¿Esos servicios también abarcan a mujeres de otras nacionalidades?
HFR: Desde finales del 2022 hemos empezado a trabajar con dos grupos de migrantes: aquellas mujeres que vienen a Barcelona solicitando refugio de países en guerra, Ucrania, Siria, Afganistan, y de América latina, que huyen de países en donde las violencias están arraigadas. Nuestro trabajo es de acompañar y de dar valor a sus historias. Narrar lo vivido sana, y en muchos casos migrar es un evento más violento que la misma guerra. Y la otra línea de trabajo es vinculada nuestra participación en la Red latinoamericana de mujeres, paz y seguridad en donde representamos la diáspora, y buscamos que las mujeres entiendan la seguridad desde una perspectiva feminista, lo cual implica la seguridad no es solo la defensa, sino debe ser pensada desde el cuidado. Y creemos firmemente que las políticas migratorias de todos los países deberían estar pensadas desde el cuidado y no desde la defensa o el asistencialismo. Como verás, nuestras líneas de trabajo siempre busca empoderar a las mujeres inmigrantes y hacerlas visibles, como sujetos que aportan mucho a las sociedades donde viven.

R5: ¿Tienes un número promedio de cuántas personas se han beneficiado con sus servicios hasta el día de hoy?
HFR: Alrededor de 300 mujeres, concretamente han sido ayudadas directamente en los últimos 4 años en su vida personal, pero a nivel colectivo sabemos que nuestras acciones convocan muchas mujeres, y nuestra experiencia ha llegado a muchas más mujeres en diferentes países del mundo.
R5: ¿Cuántas personas son voluntarias de esta red?
HFR: Alrededor de diez (10). Dependiendo la línea de trabajo o el proyecto que se realice.
R5: ¿Hacia dónde va Mujer Diáspora?
HFR: Nos interesa mucho establecer alianzas latinoamericanas. También, estamos trabajando por posicionar el papel de las mujeres latinoamericanas en Europa, como constructoras de paz; que la mirada sobre las mujeres migrantes sea más amplia, lo que nosotras hacemos en los países donde estamos viviendo es también construcción de paz.
R5: ¿Te dedicas a algo más a nivel profesional o personal?
HFR: Sí, colaboro como Consultora en la elaboración y análisis de políticas públicas sobre migración. Toda mi vida personal y laboral gira en torno a empoderar a las mujeres migrantes.
R5: De no haberte dedicado a esta actividad, ¿tenías un plan b?
R5: ¿Qué extrañas de Colombia?
HFR: Extraño de Colombia los paisajes acompañados de la música y la risa de la gente. Voy con frecuencia, está navidad pasada fue la primera en Colombia después de 23 años.
R5: Un mensaje que le envíes a la diáspora colombiana que vive lejos de sus hogares, comenzando de nuevo, sin rumbo o quizá atravesando algún mal momento, ¿cuál sería?
HFR: A las personas colombianas que viven en otros países les diría que le den valor a lo que han vivido como migrantes. Aunque frecuentemente las familias que quedan en Colombia ven a los que viven fuera como un cajero automático al que pedirle dinero y les piden que solucionen sus problemas. Esa idea de ser quién envía dinero y resuelve problemas, daña la salud mental de las migrantes ya que termina dañando las relaciones familiares. El consejo es que se reconozcan como sujetos sociales y políticos importantes en el país donde viven. No dejen que la palabra inmigrante les haga sentir inferiores.
+ de “Mujer Diáspora”:
Sitio web: www.mujerdiaspora.com
Facebook: @Diaspora Woman UK y @MujerDiasporaBcn
Gracias a Helga flamtermesky y a mujere Diáspora barcelona.por permitir que mi voz pudiera hablar a gritos.