“El tiempo es oro” dijo alguna vez el poeta y dramaturgo británico, Edward Bulwer-Lytton. Y si conviertes ese oro en piezas que realcen la belleza de la mujer, seguramente es un tiempo bien invertido.
En casi todas las culturas del mundo, las joyas son una pieza de arte que va mas allá de complementar un look; son sinónimo de belleza, autenticidad y libertad; también son un símbolo de innovación y evolución, nos dice la empresaria Pamela Osorio, una hondureña que se ha convertido en un referente de la industria a nivel de Honduras, pues desde hace 25 años se dedica por entero a “Oro Perlas”, su empresa de joyería que este 2023 arriba a un cuarto de siglo.
Originaria de San Pedro Sula, Honduras, Pamela es la segunda de cinco hermanos del matrimonio Osorio Rosales; fundó ‘Oro Perlas’ en el año de 1998. Tiene una licenciatura en Comunicación y Publicidad y un Diplomado en Marketing Digital; actualmente, se especializa como Asesora de Imagen personal, profesional y empresarial en la firma ‘Garbo Imagen Internacional’.
Pamela se declara fanática de las joyas, sobre todo de las perlas, pues las considera atemporales, clásicas y elegantes. Recuerda como si fuera ayer la primera vez que compró por su cuenta unas argollas de oro, sin imaginar que poco tiempo después se convertiría en empresaria de esta industria.
“Yo me encontraba desarrollando mi carrera en el ámbito de la publicidad y el mercadeo en la época dorada de los medios de comunicación tradicionales y las agencias de publicidad. En una plática de café con mi buena amiga Michelle Panayotti, conversábamos sobre el éxito de la línea española de perlas Majórica, de la cual ella era propietaria y que por razones de tiempo Michelle estaba cediendo la franquicia a alguien más. Es cuando en forma de broma le dije: ¿Michi y por qué no me la vendiste a mí? unas horas después, Michelle me llama y me dice: “Pamela, si es en serio yo prefiero que te quedes vos con el negocio” Y yo… me quedé pensando, me hizo click, les comenté a mis papás. A ellos también les gustó la idea y me ofrecieron su ayuda. Algo que quisiera resaltar, es que en realidad yo no había pensado en ningún negocio, o prospectar alguno, hasta que Michi me hizo la pregunta, ahí nace la historia (de Oro Perlas)” comentó Pamela a Ruta5.
Entre los materiales que utiliza para la creación de cada una de sus piezas está el oro, la plata, lo que se conoce como Gold Pladed; y, en la línea de las perlas: las estilo barrocas, perlas de río y piedras semi preciosas. “No todo lo diseñamos nosotros, pero tanto en la línea que importamos como en la que elaboramos, busco que cada una sea auténtica y exclusiva. Lo que quiero decir es que, cada pieza o colección debe tener su personalidad y se luce diferente en cada mujer” destacó.
Pamela, que comenzó sin mucha experiencia en el tema, actualmente cuenta con dos puntos de venta en San Pedro Sula: la tienda principal en el Corporativo Metropark, y el kiosko en Megamall. Pero sus piezas también son muy cotizadas desde el exterior: en países como Estados Unidos (Miami, Carolina del Norte, Houston, Nueva York, Indianapolis, etc), España, Francia, América del Sur, entre otros. “He tenido la bendición que (Oro Perlas) ha y sigue recorriendo el mundo. Ya sea porque tenemos clientas que están en el extranjero, y cuando visitan el país vienen por su piezas propias; así como también, clientas que llevan para regalar, y otro grupo que inclusive hace negocio con ellas en el lugar donde se encuentran, porque son piezas muy cotizadas”.
En 25 años, la empresaria sostiene que Oro Perlas ha sido una fuente de contínua de inspiración y mucho aprendizaje. “Para sobrevivir en los negocios debemos estar abiertos a reinventarnos y evolucionar, adaptándonos a los cambios y haciéndolos parte de nuestra vida, viendo los retos como oportunidades”. Su marca no sólo se estableció en las ciudades principales del país y en los centros comerciales más importantes; alcanzó niveles de compra extraordinarios; exploró la venta por mayoreo en otra categoría de mercados dando oportunidad a otras mujeres emprendedoras, que pudieran trabajar sus propios diseños y mostrarlos a otros segmentos.
Con el paso del tiempo y sobre todo después de la pandemia, Pamela se vio obligada a reducir la operación al mínimo, pero sin mermar ninguno de los atributos y valores construidos por la marca en años anteriores. “En la vida nunca perdemos, aprendemos”, aseguró. Hoy, Oro Perlas no sólo tiene la visión de resurgir y evolucionar con más fuerza; también busca la expansión hacia otros mercados regionales e incluso internacionales, aprovechando el comportamiento de compra online de las nuevas generaciones y la fidelidad de sus clientes.
“Desde el día uno hasta hoy, mi familia y todas y cada una de mis clientas (las que nacieron conmigo, sus generaciones y las que llegan día a día) me siguen acompañando en este viaje; esta experiencia empresarial es mi pasión” concluyó. /R5/
Una historia divina, hondureña llena de sencillez y perseverancia. La Joyeria es súper versátil, me encanta.