Para conocer la Ruta Lenca Hondureña es obligatorio comenzar el recorrido en dos ciudades gemelas y muy hospitalarias: La Esperanza, Intibucá.
Este fue nuestro recorrido y de donde nos hemos traído los mejores recuerdos.
Inició la aventura:
Salimos de Tegucigalpa (capital de Honduras) a las 12:50pm; abordamos el transporte “Lenca Express” ($4.50) y llegamos a nuestro destino final a eso de las 5 de la tarde. En la terminal general nos esperaba Rolando, un descendiente de la etnia lenca que trabaja para el “Hotel Huella Lenca”, donde nos hospedamos por 43 horas.
Hotel Huella Lenca
Para explorar “la ciudad del manto blanco” elegimos pernoctar en este hotel, ubicado en la intersección entre La Esperanza y Camasca (a unos 10 minutos de la ciudad) en carretera que conduce a Gracias, Lempira.

Si de por sí tanto La Esperanza como Intibucá nos seducen, no digamos el sitio donde elegimos dormir: 36 manzanas de terreno ubicadas a unos 2,200 msnm, donde se respira aire puro, naturaleza, flora y fauna en todo su esplendor. Huella Lenca es un proyecto sin fines de lucro del organismo Visión Mundial, el cual beneficia a los niños lencas con educación y salud, a través de la renta de las cabañas y habitaciones de hotel que están disponibles para el turista local y extranjero. El lugar es ideal para realizar campamentos, eventos corporativos y para toda la familia en general.
La lluvia se sintió durante todo nuestro viaje; el sol apenas salió a tempranas horas del día, pero eso no fue impedimento para desconectarnos de la rutina desde el primer día que Ilsse, Francisco, Manuel y todo el personal de Huella Lenca nos consintió a más no poder: cenas a la luz de una fogata, vino tinto en la terraza del restaurante, música y pequeños relatos de la vida del hondureño en este sector del país. Huella Lenca nos ofreció la mejor atención que hayamos recibido antes; disfrutamos tanto la estadía que sé que volveremos.
Dónde fuimos
Al día siguiente Rolando, el mejor guía de la ciudad, nos detalló los encantos que hay en La Esperanza, Intibucá y dónde íbamos a ir durante el día. Comenzamos en la Laguna de Chiligatoro, una verdadera joya natural de 4 hectáreas de ancho que ofrece en temporada alta en fines de semana paseos en pequeñas embarcaciones a $3-L60. Aquileo Domínguez da las instrucciones de salida y los cuidados para navegar dentro de la laguna que mide 100 metros de profundidad.
La siguiente parada fue en la Aldea el Cacao, (uno de nuestros sueños hechos realidad…) donde las mujeres tejedoras; nos bajamos a su casa y por supuesto compramos sus telares de lana a mejor precio que en ninguna otra parte del planeta. Aquí entrevistamos a María Dominguez, quien desde hace ocho años se dedica a elaborar los más finos ponchos, pañuelos, bufandas, zapatos, y todo tipo de indumentaria; cuando llegamos estaba terminando un “chal”…le demoró dos semanas hacerlo; “ya está listo para una clienta extranjera” nos dijo. Cuatro vetustas maquinas o “telar” yacían en la humilde vivienda, y tres jovencitas más acompañaban a María. “Aquí no están todas porque se turnan, también trabajan en el campo y nos dedicamos al hogar” expresó Dominguez….a lo lejos conocimos a su madre, quien estaba en lo alto de la colina con su acostumbrado vestido y pañuelo étnico.

Cumplí uno de mis sueños, y verlas tejer fue la experiencia más inolvidable que haya tenido antes. Pero teníamos que continuar el recorrido, y lo que vino me sorprendió aún más: el camino estuvo lleno de trabajadores cultivando papa (el departamento subsiste de este alimento y lo exporta sólo localmente a través de terceros); ya habíamos olvidado qué era eso de ir sobre un 4×4 y que la gente te saludara aun sin conocerte. Además aprendimos que éstas son palabras lencas: “cilacayote” o “chiberro” (fruta con la que se hace el alcitrón), “agora” (ahora, hoy), “asida” (hecha) o “telefonear”.
El Valle de Azacualpa nos dejó ver sus encantos, templos católicos construidos y otros a medio hacer, y hasta fotografiar una yunta de bueyes o una auténtica nativa con su pequeña hija atada a su cintura de la forma tradicional. El día finalizó en Yamaranguila, tomándonos fotos en la Iglesia San Francisco de Asis, que parece un lienzo con su cúpula espectacular; también exploramos la ruta artesanal del barro blanco y el pino en Cofradía, a unos 6.5 kilómetros de Yamaranguila.

Vasijas, tapetes, lámparas, ceniceros, bandejas, accesorios femeninos, ¡queríamos comprarles todo! Pues la calidad de sus productos habla por sí sola. Pero teníamos que volver y hacer nuestro último recorrido a la Gruta, una pequeña ermita blanca ubicada en el cerro “La Crucita” que se divisa desde cualquier punto del centro de la ciudad de la Esperanza; sus gradas fueron talladas por reos en 1934 durante el mandato del General Tiburcio Carías Andino. La noche finalizó con una estupenda cena del chef Harold del “Hotel Huella Lenca”, donde probamos ingredientes nativos de La Esperanza, Intibucá con un toque de elegancia y sofisticación, mientras la lluvia hacía de las suyas en exteriores.
Al tercer día, muy descansados y algo nostálgicos, nos despedimos de La Esperanza, Intibucá; dejando pendientes un sinfín de sitios por explorar; hicimos nuevos amigos, y recolectamos nuevas historias.

Debes saberlo:
- Los Lencas: es un grupo indígena mesoamericano que habitó Honduras y El Salvador en tiempos precolombinos.
- El “Hotel Huella Lenca” cuenta con 14 habitaciones o cabañas. Traslados hotel-terminal-hotel. Cuentan con wifi, televisión por cable, agua caliente; con ellos programas salidas nocturnas, recorridos en grupo, y ofrece un variado menú que se adapta a tu gusto.
- Si tienes problemas con la presión corporal, toma las medidas del caso. Hay farmacias en el centro de La Esperanza (la altura afecta) y otros sitios para compras de emergencia.
- En algunas localidades no hay señal de teléfono.
- Algunas cosas que debes llevar al viaje: abrigo, cámara fotográfica, cargador portátil para celular, dinero en efectivo, zapatillas “todo terreno” y tu mejor disposición para disfrutar.

-Si viajas a La Esperanza, Intibucá, y deseas hospedarte en el “Hotel Huella Lenca” diles que viste este reportaje y obtendrás un descuento en tu estadía. / R5