Llegar a Ojojona es mas que hipnotizarse con gigantescas eólicas, que giran al compás del viento en la cumbre de las montañas.
Es recorrer sus calles, contemplar su historia, disfrutar de una minuta, tomarse un chocolate en la cafetería frente a la iglesia parroquial, apreciar la naturaleza, dar un paseo a caballo pero más lindo aún recorrer sus plazas de artesanía, una tradición que prevalece de generación a generación y motiva al turista a comprar y regresar por más.
Sus productos, hechos de barro en su mayoría, son de primera calidad. En cada taller transformado en pequeñas tiendas de madera rústica se aprecian desde adornos de pared hasta aquellos para decoración de patios o jardines.
Lo más increíble de todo es su precio accesible y si por ejemplo desea que le pinten su nombre en un pequeño molino de viento, lo hacen en el momento y por menos de $3. Eso sí: el pago debe ser en efectivo y en moneda local (lempira).
Descubra lo hermoso que es estar en un verdadero mercado artesanal, convivir con sus artesanos, elegir entre un montón de productos y finalmente llevarse uno o varios souvenirs que le recordarán por siempre el amor y la entrega con que fueron elaborados. / Fotos: @hn_nature, Texto: R5
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